jueves, 23 de junio de 2011

ACABANDO LA ESPERA

Me quedan días, quizás horas, para que llegue uno de los momentos que más ansío desde que me enteré de que mi cuñá estaba embarazada. Que alegría me dio cuando mi madre me llamó por teléfono y a grito pelado me dijo: -¡Vamos a ser abuelos!
En el tiempo que llevamos de embarazo la ilusión ha ido creciendo de forma proporcional al crecimiento de la barriga de mi cuñá. Y sí, he dicho llevamos porque todos los que rodeamos a mi hermano y mi cuñá hemos estado embarazados, aunque la barriga y todo lo difícil que conlleva un embarazo lo ha sufrido mi cuñá, está claro. La pobre se está portando, estar embarazada de mellizos y con estos calores no tiene que ser para nada llevadero, pero su ilusión por ser mami puede con todo. Manuel y Alejandro (son los nombres elegidos para los mellizos) no paran de moverse y dar patadas mientras todos tocan la panza de mi cuñá para tener contacto con los nenillos que desde dentro ya están relacionandose con nosotros.
Bueno, en realidad conmigo no. Muchas son las veces que mi madre, mi cuñá o mi hermano me han dicho que toque la barriga para notar las pataditas. Con gran dificultad me he negado porque no me faltan las ganas. Pero no sé cuando ni por qué, tomé la decisión de que la primera panza que toque para sentir unas pataditas o pequeños movimientos sea la de la mujer que lleve dentro un hijo de mi sangre. No por nada, simplemente quiero sentir por primera vez esa sensación con un hijo mío y junto a la persona con la que haya decidido pasar el resto de mi vida. A lo mejor es una tontería, pero creo que tiene que ser bonito que la primera vez sea así. Después tocaré todas las barriguitas que haga falta, pero hasta ese día decidí que no tocaré ninguna.
Manuel y Alejandro vendrán al mundo pronto, quizás a final de mes con el cambio de luna, o quizás mañana para regalar a mi hermano el día de su Santo (San Juan) la mejor de las sorpresas. El caso es que entre apuntes y calores estoy ansioso por poder verles las caritas. Y aunque mi hermano no lee esto, tengo que hacer una mención especial y darle las gracias por el nombre que él escogió para uno de sus niños, para Manuel. Él dice que le gusta ese nombre (que puede ser verdad, no digo que no) pero en casa sabemos que el nombre conlleva algo más puesto que así se llamaba mi abuelo, padre de mi madre y que vivió en casa con nosotros casi desde que nacimos hasta que murió, siendo para nosotros como un padre (algún día escribiré algo sobre él).

Va por mi hermano y mi cuñá, que son unos campeones.

1 comentario:

  1. Preciosa entrada!!!! Qué emoción que ya están en camino esos bebés, seguro que serás un tío genial.

    Un besito!!! Y ya nos cuentas cuando nazcan ;)!!!

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