domingo, 9 de septiembre de 2012

MY DEAR FRIEND

El Guiri poniendose como ojos dos ochíos (una torta típica ubetense).
Esta semana he tenido de visita en casa a un buen amigo. Su nombre es Aaron (aunque yo le digo "Guiri" desde el día en que lo conocí), es de Canadá y vino a España hace así como cuatro años para trabajar de apoyo a profesores de Inglés en un instituto.
Recuerdo el día que lo conocí. El me llamó preguntando por una habitación que había para compartir en un piso de estudiantes en Granada. He de decir que la intención de los que ya estábamos en el piso por entonces era que entrara un español, nada de Erasmus ni gente de fuer porque suelen ser ruidosos y fiesteros y la verdad que apetecía tranquilidad (aunque al final nunca tienes tranquilidad en un piso de estudiantes). Nada más verlo aparecer por la puerta me di cuenta de que ese hombre tenía que vivir conmigo.
Es una de esas personas que tienen un encanto natural, un don para captar la atención de la gente. Y la verdad que no defrauda para nada. Toca la guitarra de manera excepcional y canta bastante bien, es guapo (las chicas alucinan con él, os lo aseguro), deportista, simpático y con un sentido del humor muy grande y algo peculiar.
Pasamos un año de convivencia genial, enseñándole nuestras costumbres y forma de vida. Se impregnó hasta las cejas de todo y aprendió bastante bien a expresarse en castellano.
Pero como todo en la vida se acaba después de dos años en Granada decidió volver a su país para seguir formándose y comenzar a pensar en su futuro profesional (aunque él dice que eso no le interesa, que simplemente quiere ser feliz). Desde que se fue ha venido por España un par de veces, siempre haciendo que nos veamos de una u otra forma (la primera vez fue en Granada, y esta vez ha venido a mi casa con mis padres, los cuales también le tienen aprecio).
Llegó el jueves y desde entonces he movilizado a todos los amigos del pueblo que lo conocen para que estuviera lo más agusto posible y disfrutara de su pequeña estancia en Úbeda. Creo que sí, que ha disfrutado como un crío chico. Aquí la verdad que la gente lo aprecia y se han portado fenomenal con él. Ahora se va a Francia (Lyon) 4 meses de intercambio con sus estudios, todo un trotamundos que aprovecha esas grandes oportunidades que la vida nos da. Seguro que le va a ir fenomenal.
Ayer se fue y como siempre que nos despedimos de él (lo dejamos en la estación otro paisano que también fue compañero de piso de Aaron y yo) nos dejó un vacío difícil de explicar, porque aunque tenemos contacto con esto de internet con él, siempre que nos vemos disfrutamos de lo lindo. Pero bueno, estoy seguro que volverá en cuanto pueda y si no, ya iremos nosotros que en verdad nos va tocando devolverle la visita.

2 comentarios:

  1. Me encantan las personas como Aaron, desprenden energía positiva y optimismo y disfrutan de la vida al máximo. Has tenido muchísima suerte de que se haya puesto en tu camino y si os seguís viendo es genial :)

    ResponderEliminar
  2. Hola Paula.
    La verdad que fue más que suerte que entrara en mi vida. Es una gran persona y aunque esté lejos, la verdad que seguimos en contacto. Un fenómeno el tío.

    ResponderEliminar