
En España dicen que hay un político por cada mil habitantes (eso escuché o leí no hace tanto). Me parece excesivo y para mí queda claro que hay exceso de políticos con lo que van a hacer en el congreso de Madrid, que van a reducir sus congresistas a casi la mitad. Si se puede hacer esa reducción queda claro que hay un exceso de políticos, digo yo.
Bueno, a lo que realmente iba.
Pues bien, si a mí me dicen que esos mil habitantes por político no son capaces de levantarse de sus sillas, salir a la calle e ir y hacer que el político tenga que dejar el puesto no me lo creo. Si me dicen que los políticos tienen medios para parar una revolución de todo un pueblo, no me lo creo. Si me dicen eso de que la gente se eche a la calle no sirve de nada, no me lo creo. Y resulta que todos los días estoy escuchando eso en la opinión popular, en la voz de la calle y del pueblo obrero; y no puedo, no quiero resignarme.
Estoy harto de explicar esto a mis amigos, el sistema es una pirámide. Pongamos por caso España, donde Rajoy estaría hoy día en el vértice más alto de la pirámide. Después iríamos descendiendo en peldaños hasta llegar a la base, que no es ni más ni menos que el pueblo obrero, la gente de la calle que día a día está pasando penurias para poder seguir adelante. Pues con la pirámide pasa una cosa, que si la base se cae, la pirámide no se mantiene.
¿Que digo con esto? Pues que si esa base de la pirámide, ese pueblo llano y obrero se echara a la calle todo junto, en unidad, sin mirar colores ni ideologías sino simplemente para echar abajo el sistema político corrupto que tenemos en este país y gran parte del mundo (donde los políticos están ahí por enchufe, sin formación en muchos de los casos, y encima robando dinero público y metiendo en las administraciones públicas a amigos y familiares) si el pueblo llano quisiera cambiar esto estoy seguro que podría hacerlo.
Solo falta querer, y un poco de valentía para hacerlo. Yo por mí estoy dispuesto.